Colom, el Descubridor - Introducción

Seguidamente presento la introducción de mi última obra: Colom, el Descubridor, de próxima publicación.

Introducción

Con esta obra se añade uno más a la miríada de libros dedicados al navegante Cristóbal Colón. Hay quien pueda creer que es del todo innecesario, pero no lo es. Parece poco importante que el Almirante de la mar Océana hubiera nacido en Italia (ya sea en Liguria o en Lombardía), o bien en Cataluña, o en Francia, o en Portugal, porque para el caso el resultado es el mismo: su colaboración con la corona de Castilla procuró a ésta el primer imperio global de la Humanidad, en el que literalmente “nunca se ponía el sol”. Pero determinar la nacionalidad de Colón sí es relevante, porque supone dar carpetazo definitivo a una de las principales falsedades de la Historia, del calibre de la llamada Donación de Constantino (que legitimó el dominio papal sobre Roma y los Estados Pontificios). Dicha falacia, que se ha impuesto en los círculos de poder de Italia y de España (especialmente entre determinadas élites), sirvió de base para legitimar el dominio de Castilla (no de España), al menos hasta el reinado de Carlos III, sobre América y sobre sus recursos.

El relato oficial sostiene que Cristóbal Colón, lanero genovés, dejó su tierra para servir a Castilla, que es la que a la postre colonizó América. Si hacemos abstracción de la justificación imperialista de la destrucción, aculturación y opresión de las culturas autóctonas, dicho relato excluye a las Españas (aquella parte de España que no es Castilla), y certifica el dominio de Castilla en el Atlántico [1], en perjuicio de Aragón, que –se dice- había de ejercer su influencia en el Mediterráneo. Que Colón fuera francés, catalán, gallego, o portugués, podría haber cambiado dicho estado de cosas, como se verá a lo largo de esta obra.

Cabe la posibilidad de que el mantenimiento de esta doctrina, que he convenido en llamar “genovesista”, se realizara con la aquiescencia de Colón (y los suyos), y de la República de Génova. Visto desde la perspectiva actual, considero que ni España ni Italia necesitan mantener en pie un relato completamente superado. Ni su “lustre”, ni su “prestigio”, han de sufrir ninguna merma por aceptar que la teoría oficial de los “genovesistas” ha de pasar a mejor vida.

¿Es este relato producto del “azar” histórico (una serie de coincidencias, a las que aludo más abajo), o de una voluntad expresa de “fabricarlo”,  con pretensión de obtener determinados objetivos estratégicos? En definitiva, ¿es dicho relato el producto de una “política de Estado”? Cabe la posibilidad [2]. Pero en dicho caso, no hay que pensar que tal “falsificación” hubiera sido posible si Colón no se hubiera prestado a ello, si no se hubiera realizado un gran esfuerzo para destruir o eliminar ciertas evidencias [3], y si no hubieran concurrido ciertas coincidencias, ciertamente notables. Son las siguientes:

              1) Siempre se ha sostenido que Colón, hijo de un tal Domingo, debía ser genovés porque un lanero de esta nación, llamado Domenico Colombo, con unos hijos llamados Cristoforo, Bartolomeo y Giacomo, sería evidencia de ello. Y porque unos sobrinos de aquél, llamados Giovanni, Matteo y Amighetto, se pusieron en contacto con los Colón en España, en 1496, creyendo que éstos eran en realidad sus primos, de los cuales no sabían nada.

2) La mención que realiza Cristóbal Colón, en el Memorial de Descargo de su testamento de 1506, a unos determinados personajes de origen genovés [4]: “Relación de ciertas personas a quien yo quiero que se den de mis bienes lo contenido en este memorial sin que se le quiten cosa alguna de ello. Se le ha de dar de tal forma que no sepan quien se las manda dar. Primeramente, a los herederos de Geronimo del Puerto, padre de Benito del Puerto chanciller en Genova veinte ducados o su valor [5]… A los herederos de Luys Centurión Escoto, mercader genoves, treinta mil reales de Portugal … A esos mismos herederos y a los herederos de Pablo de Negro genoves, cien ducados o su valor … A Bautista Espindola o a sus herederos, si él es muerto, veinte ducados. Este Bautista Espindola es yerno del sobre dicho Luis Centurión, era hijo de Micer Niculao Espindola …”.

No dejan de ser curiosas dichas similitudes con la biografía del Almirante. Éstas, como se suele decir, “las carga el diablo”. Más adelante las llamo “burlas del diablo”. Sin embargo, si se investigan como es debido, se convierten en simples “coincidencias”; que dieron lugar a “confusiones” quizás no premeditadas. Son éstas las que han alimentado el discurso de la “tesis genovesista”, la cual ha pretendido desacreditar algunos hechos evidentes:

1) El apellido de Colón es catalán, pues “Colón” es la castellanización de Colom, en aplicación de la ley fonética que convierte las “m” catalanas en “n” castellanas, como sucede con Adam, Guillem o Joaquim (Adán, Guillén o Joaquín en castellano) [6].

2) Muchos de sus giros verbales y expresiones son típicamente catalanes, como por ejemplo “a todos arreo” (a tot arreu en catalán), con el significado “en todas partes”, que escribe en el Memorial para los Reyes Católicos de 1494; o el “todo de golpe” (tot de cop en catalán), que significa “de repente”, en la relación del Tercer Viaje [7].

3) Colón prácticamente desconocía el italiano escrito, y escribía en castellano a los italianos cercanos a él; incluso a sus propios hermanos.

4) Tenía una larga experiencia marinera, y había ejercido de corsario en los mares del Atlántico y del Mediterráneo.

5) Sabía leer y escribir latín, y dibujaba mapas.

6) Era un competente cosmógrafo.

7) Era noble, y tenía blasón propio, lo que le permitía codearse con la aristocracia portuguesa, castellana, francesa e inglesa.

8) Era judío converso, y conocía tanto el calendario hebreo como la escritura hebrea.

Nada de ello es compatible con el origen humilde de los Colombo laneros genoveses.  Ante tales evidencias, los genovesistas –y más concretamente el Città di Genova- han negado la validez de lo que Cristóbal Colón escribió sobre sí mismo, y han restado valor a las crónicas de sus coetáneos (como Fernando Colón, Las Casas, Oviedo o Bernáldez), al considerar que todo ello es fruto de sus “delirios de grandeza” y de su “mesianismo”.

Desgraciadamente para la tesis genovesista, en esta obra, amén de identificar a quien considero fue el Cristóbal Colón histórico (Joan Cristòfor Colom) [8], demuestro que buena parte de las “pruebas” aportadas por el genovesismo son inconsistentes. Seguidamente expondré dos ejemplos.

La evanescente presencia de Giovanni Colombo en España

Ciertamente –está probado- Domenico Colombo existió, y también Cristoforo, Bartolomeo y Giacomo, e incluso un sobrino de aquél llamado Giovanni. Pero de aquí a asegurar que los miembros de este linaje serían los familiares directos del Descubridor hay un largo trecho. En primer lugar, no está claro que debamos atribuir al nombre “Giacomo” (del hermano menor de Cristoforo) la equivalencia del “Diego” Colón histórico. Giacomo podría traducirse en España como Jacobo, como Jaime, como Yago, como Diego o como Santiago, nombres –casi todos- muy comunes en este país. Así pues, las coincidencias por lo que se refiere al nombre afectan sólo a Cristóbal y a Bartolomeo, y no incluyen a Diego.

En segundo lugar, es cierto que los tres hermanos Colombo no residían de Génova en las fechas en que los Colón estaban en España (un acta notarial genovés de 1496 lo demostraría). Ello explica que sus primos de Génova (Giannetto, Matteo y Amighetto)  se pusieran en contacto, en 1496, con los Colón históricos. Lo hicieron a través de una carta, con el objetivo de interesarse por los suyos, en la suposición de que Cristoforo, Bartolomeo y Giacomo, ausentes de Génova en ese momento, serían las mismas personas que los Colón históricos. Ello explicaría la asociación popular de Colón con el Domenico Colombo de Génova, así como con su familia. Pues es un hecho que en las Indias se había extendido el rumor de que los Colón eran tejedores, de extracción pobre. Dicha carta de 1496 sería, pues, el origen de los rumores sobre el Colón hijo de “artesanos” genoveses, y sobre el nombre del padre de Colón, Domenico. Aquélla ha desaparecido [9], como ha sucedido con otras evidencias colombinas (la carta en catalán de Colón a Lluís de Santàngel, por ejemplo).

Los Colón, como es de suponer, se abstendrían de responder a los Colombo genoveses , pero ello no obstante, dicho mensaje llegó al público, y se convirtió en un rumor, que los hermanos Colón trataron de atajar de la forma más brutal (cortando la lengua a los que lo divulgaron, como hizo Bartolomé Colón en las Indias, según apunta la Inquisición de Fernando de Bobadilla) [10]. Fernando Colón contestó de forma airada, en su Historia del Almirante,  a la insinuación de Giustiniani, en 1516 y 1537, de que sus antepasados eran oriundos de Génova, plebeyos, y tejedores de paños de lana.

Por lo que se refiere a la asociación de Giannetto, sobrino de Domenico Colombo, con el Juan Antonio Colombo de las crónicas, es literalmente imposible. Me explicaré. Dicho Giovanni (Giannetto), hijo de Antonio (hermano de Domenico), ha sido confundido con Juan Antonio Colombo, primo de Colón. Éste es uno de los grandes errores de la teoría genovesista, porque ni Juan Antonio tenía el mismo nombre que el Giovanni genovés, ni eran la misma persona, como demuestra la existencia de documentos que los sitúan, con poco más de un mes de diferencia, a uno en Génova y a otro en España. Un acta notarial de febrero de 1500 coloca a Giovanni Colombo en una tasación de una finca en Quinto, Génova [11], mientras que poco más de un mes después, entre marzo y abril del mismo año, Juan Antonio Colombo estaba fletando buques en España con destino a las Indias [12]. Si ello no fuera suficiente, el hermano de Juan Antonio Colombo se llamaba Andrea. Los hermanos de Giannetto –como ya sabemos- eran Matteo y Amighetto.

Así pues –por lo que parece- Giannetto (si es que se trata de Juan Antonio Colombo) se halla casi simultáneamente en Génova y en España.  ¿Es ello posible? Habría que realizar muchas cábalas para armonizar ambas fechas. Incluso si Giannetto hubiera estado en febrero del año 1500 en Génova para realizar una actividad tan poco marinera como “fijar las condiciones de unos terrenos situados en la villa de Quinto” (Génova), es difícil imaginar cómo podría haber conciliado dicha actividad, que por cierto se ajustaría a sus labores como recaudador de impuestos (declaradas en los documentos notariales), con el flete (abusivo) de los cargos de vituallas que se dirigían al Nuevo Mundo, hecho escandaloso que supuso la censura (el mes de octubre de dicho año) del mismísimo Cardenal Cisneros. Parece poco probable que realizara dicha actividad catastral en febrero de 1500, en Génova, teniendo tiempo para llegar a España pocas semanas después, con el margen necesario para realizar semejante desfalco a las arcas del Reino… En fin, parece evidente que ambos individuos no son la misma persona.

Teniendo en cuenta que el relato genovesista considera éste uno de los “puntos fuertes” de su teoría, ésta se desploma absolutamente ante dicha constatación.

Un Memorial de Descargo que no prueba nada

Recordemos, éste alude a las siguientes personas: “… A los herederos de Geronimo del Puerto, padre de Benito del Puerto chanciller en Genova veinte ducados o su valor … A los herederos de Luys Centurión EScotto, mercader genoves, treinta mil reales de Portugal … A esos mismos herederos y a los herederos de Pablo de Negro genoves, cien ducados o su valor … A Bautista Espindola o a sus herederos, si él es muerto, veinte ducados. Este Bautista Espindola es yerno del sobre dicho Luis Centurión, era hijo de Micer Niculao Espindola …”.

La “tesis genovesista” se sirve de estos nombres, de personajes genoveses, para relacionar a los Colombo de Génova con el Cristóbal Colón histórico. Y para ello aluden a una serie de deudas que tuvieron lugar decenas de años antes del testamento de Colón, del año 1506. Pero se equivocan. La alusión del Almirante a estos individuos ciertamente lo relaciona con Génova, ciudad a la que estaba ligado (como se verá), pero no con los Colombo genoveses. Vayamos por partes.

El Città di Genova considera que Cristóbal Colón ordena pagar en su Memorial de Descargo (en el testamento del año 1506) a Benito del Puerto (hijo de Gerónimo del Puerto) veinte ducados por su “mala conciencia”, al no haber abonado a dicho Gerónimo del Puerto la multa estipulada (de 35 libras genovesas) en la sentencia de septiembre de 1470. Sin embargo cuatro años después (en 1474) Benito del Porto, hijo de Gerónimo del Porto, aparece como testigo en un arriendo de la casa de Domenico Colombo, padre de Cristoforo Colombo, sin que aparente sentirse burlado o estafado por aquél. Es decir, no tiene mucho sentido resarcirle treinta y séis  años después, con el añadido de que el tal Benito del Porto no parece agraviado por aquella deuda (que sin duda ya había sido satisfecha). Por otro lado, alude a Benito del Puerto como “canciller”, y su responsabilidad en este sentido tuvo lugar entre 1501-1506, inmediatamente antes de la muerte de Colón. Ello supone que el litigio que tuvo con Benito del Puerto tendría lugar en el último período de su vida, por alguna cuestión que desconocemos. Parece poco probable que una multa de treinta y cinco libras, de treinta y séis años atrás, merezca poner a Benito del Puerto  en las primeras posiciones de su Memorial de Descargo.

Seguidamente cita a Luis Centurión Scotto, a Paolo di Negro y a Bautista (y Nicolás) Spínola. La “tesis genovesista” liga a Colón con Paolo di Negro y con Luis Centurione, a resultas de una transacción que Cristoforo Colombo realizó en 1479. En un documento de este año se lee textualmente: “Cristoforo Colombo por orden de dicho Paolo [Dinegro] fue mandado a la isla de Madera, y allí acaparó y compró la cantidad de azúcares antedicha [dos mil cuatrocientas y más arrobas de azúcares, por un valor de 1.290 ducados]… Se ha constituido Cristoforo Colombo, ciudadano de Génova, llamado en calidad de testigo… Hecho en Génova, en la Calle de San Siro, o sea en la tienda de dicho Ludovico [Centurione], en el año de 1479”.

Cristoforo Colombo aparece aquí en calidad de testigo, no de acusado, y no parece que exista ningún reproche a su proceder, por lo cual difícilmente se entiende que deba “resarcir” algún daño al tal Paolo di Negro y a Luis Centurione en su testamento de 1506,  al menos a partir de la información de la que disponemos. Además, Cristoforo Colombo aparece como simple mercader (más en concreto, como un “agente” al servicio de Paolo Di Negro, mercader), que compra azúcar en Madera. No reside en esta isla (se desplaza a Lisboa y a Génova), ni es navegante, pues la mercancía es fletada en el buque de un tal Fernando Palencia. Que el Cristóbal Colón histórico residiera en Porto Santo (Madeira) en esta época (en torno al año 1478) es pura coincidencia.

A partir de mis investigaciones he averiguado que las alusiones a Luis Centurión, a Nicolás Spinola y a Paolo de Negro, en su Memorial de Descargo, se corresponden con los sucesos de la batalla del Cabo de San Vicente, el 13 de agosto de 1473, en la que estos tres mercaderes resultaron perjudicados por la pérdida de la carga de almáciga (procedente de Quíos) que transportaba la flota genovesa, con destino a Flandes y a Inglaterra. La compañía “Galeotto y Ludovico Centurione Scotto”, con sucursal en Mallorca, comerciaba principalmente con Londres y Brujas. El hundimiento o la requisa de este cargamento por parte del pirata Guillermo Casanova Colón, de cuya tripulación formaba parte Cristóbal Colón (tal vez como piloto o capitán), no sólo perjudicó a los Centurione Scotto, a los Di Negro y a los Spinola, sino también a un tal Jacobo Casanova, con quien Cristóbal Colón podría estar emparentado (como se verá). Desde mi punto de vista, que Colón no hubiera regresado a Génova, tras dicho suceso de 1476, a pesar de haber nacido allí (como yo creo), es debido a la “traición” que cometió contra su propia familia (y sus socios), de forma consciente o inconsciente. Ello motivó su Memorial de Descargo, no unas míseras deudas de decenios de años atrás, de las que –por otra parte- él no era responsable.

En definitiva, no coinciden los nombres de Cristoforo, Bartolomeo y Giacomo con los de Cristóbal, Bartolomé y Diego, puesto que éste sólo incidentalmente es equiparable al Giacomo italiano [13]; y aún menos coincide el de Giannetto con el Juan Antonio Colombo de las crónicas, pues ni se llaman igual, ni estaban en el mismo sitio al mismo tiempo (como hemos visto, estaban en dos lugares diferentes, haciendo cosas diferentes, con un mes de diferencia). La coincidencia de la estancia de Cristoforo en Madeira en 1478 , habitando Colón allí, se relativiza si tenemos en cuenta que aquél era agente comercial, y ni siquiera navegante, y Cristóbal Colón era ya por aquel entonces un reputado capitán o piloto de navío, y además no estaba de paso, sino que residía allí. La creencia de que el padre de los Colón se llamaba Domingo (Dominico, según Oviedo), y su coincidencia con el padre de los Colombo genoveses (Domenico), vendría dada por la carta recibida por el Almirante en 1496, enviada por los tres hermanos Colombo de Génova (la cual habría levantado el rumor del Colón “hijo de tejedores”). Y por último, la alusión de Colón, en el Memorial de Descargo, a Geronimo del Porto, a Centurione Scotto, a Di Negro y a Spinola, tiene más que ver con sus fechorías como pirata, o con cualquier  otra causa desconocida, que con el ridículo monto de una deuda que le habría dejado su padre en su juventud.

El Colón real poco tiene que ver con los Colombo genoveses. Hasta el punto que considero que el principal misterio a investigar, por lo que se refiere a este asunto, es “qué pasó con los Colombo”. ¿Por qué no hemos vuelto a saber nada de ellos? No niego que los primos de Cristoforo, Bartolomeo y Giacomo se hubieran puesto en contacto con Cristóbal Colón en 1496, cuando éste estaba en España y aquéllos andaban desaparecidos. Pero Colón los ignoró de forma manifiesta. De los supuestos familiares de Colón en Génova y en la Liguria nunca más se supo. Por otro lado, ni Fernando Colón, ni su hermano Diego, encontraron el menor rastro de su supuesta familia en Génova. ¿Por qué? [14].

Joan Cristòfor Colom, el Cristóbal Colón histórico

              Esta obra se divide en siete capítulos. En los dos primeros me he centrado en demoler los fundamentos de la llamada “teoría genovesista”; lo que por otro lado, con la información disponible, no resulta demasiado difícil. Resulta incomprensible que, aún hoy, alguien se la tome en serio, cuando incluso la “casa natal de Cristóbal Colón”, en Génova, es una mistificación sin fundamento científico [15]. En el tercer capítulo he tratado de comprender la personalidad, el carácter, y las realizaciones del Almirante. En el cuarto capítulo he pretendido descubrir al “Colón secreto”; por lo cual, las personas interesadas por los “hechos”, y no por las “especulaciones”, pueden pasar directamente al quinto capítulo, en el cual entro de lleno en la figura histórica de Joan Cristòfor Colom, al que yo llamo “nuestro Colón”, o el “Colón histórico”. En el sexto trato de desentrañar las influencias que las circunstancias históricas de su tiempo, o sus vínculos familiares, pudieron ejercer sobre su vida y su obra (y sobre su sentido de “misión”, tan arraigado en su ser). En el séptimo, a partir de las conclusiones desarrolladas en los capítulos anteriores, establezco una teoría ciertamente atrevida, con una serie de hipótesis aún por confirmar.

              ¿Quién es Joan Cristòfor Colom? La clave de su hallazgo me la dio Andreu Marfull, que me mostró un importantísimo documento, publicado por Francisco José Morales Roca, eminente genealogista e historiador nacido en Barcelona (fallecido en junio de 2022). En su obra Prelados, abades mitrados, dignidades capitulares y caballeros de las órdenes militares habilitados por el brazo eclesiástico en las Cortes del Principado de Cataluña. Dinastías de Trastámara y de Austria. Siglos XV y XVI (1410-1599) [16] da la siguiente información sobre Francisco Juan de Colom y de Bertran (Francesc Joan Colom), fallecido en 1472 [17]: “Canónigo de Barcelona. Arcediano del Vallés (1460-1472) ... Tuvo relaciones con María de la Cavallería, sobrina de Antonio de la Cavallería, presbítero de Gerona, y de Bernardo de la Cavallería, Abad de Sant Pere de Galligans, de quien tuvo un hijo bastardo, Juan Cristóbal de Colom, donzell de Barcelona, doméstico del Rey Don Pedro IV de Portugal, Condestable de Portugal y Gran Maestre de la Orden de Avís, durante su gobierno intruso, habiendo prestado servicios como corsario al Rey Don Renato I de Anjou. Igualmente durante su gobierno intruso” [18].

              Posteriormente averigüé que el investigador Francesc Albardaner halló información sobre un Joan Cristòfor Colom [19] que se tonsuró, en 1451, en el palacio del obispo de Girona (Bernat de Pau) [20], y que en 1455 fue “dispensado” del “defectum natalium” (a resultas del “concubinato” de su padre) por el Papa Calixto III. He de reconocer que he apostado muy fuerte por esta figura histórica hasta el momento poco conocida, al postular que Joan Cristòfor Colom es en realidad “nuestro Colón” (el “Colón histórico”). Hasta que no se demuestre que “el sacerdote Joan Colom podría haber acabado en alguna parroquia de Tarragona u Osona”, como escribe Francesc Albardaner, seguiré considerando que este personaje se ajusta al “retrato robot” (en palabras de Albardaner), o al “perfil” (en mis propias palabras), del Colón histórico. Quien pretenda rebatir mi obra, le sugiero que empiece por ahí. Aceptaré con gusto la crítica si se demuestra que estoy equivocado, siempre que se haga con pruebas y con argumentos, y no con prejuicios y descalificaciones. Y siempre –por supuesto- que dichas investigaciones nos acerquen más a la verdad.

Como explicaré más adelante, Joan Cristòfor Colom dominaría el latín (a resultas de sus estudios eclesiásticos), al igual que Colón, y conocería la cultura y tal vez la lengua hebreas (pues sus familiares por parte de madre eran conversos judíos). Su lengua materna sería probablemente el catalán oriental, pero tendría un buen conocimiento de castellano. Habría nacido en Génova a resultas del “escándalo” que supuso que su padre (un “canónigo”) se relacionara con una mujer soltera; y posiblemente habría estudiado en Pavía, con preceptores españoles, los fundamentos de las Ciencias y de las Humanidades. Puesto que su familia paterna estaba ligada a la marina, habría dejado de lado los estudios eclesiásticos, tras su tonsura, para dedicarse a navegar. Tal vez habría sido “adoptado” en Génova por la familia de los Casanova (era familiar de Guillermo Casanova Colón, a quien Jerónimo Zurita llama simplemente “Colón”), y se habría iniciado en la marinería con ellos. Tendría relación con el mismo Jacobo Casanova, de Génova, a quien robó una carga de almáciga en la batalla del Cabo de San Vicente, en 1476, lo que supuso que hubiera sido repudiado por éste; y que le fuera imposible volver a la ciudad donde supuestamente nació.

Las creencias religiosas de Colón serían una mezcla de piedad cristiana y de orgullo judío, como deja claro en sus escritos. Sentía una especial predilección por la Orden de San Francisco. Habría participado en la guerra civil catalana en las filas del condestable Pere de Portugal y del rey René d’Anjou (al que llama Reinel), “reyes intrusos” según Morales Roca. Y habría rendido un homenaje al primero (Pere de Portugal, Maestre de la Casa de Avís) poniendo una cruz verde (la Cruz de Avís) en el pendón de la primera expedición a las Indias. Puso el nombre de Cabo San Teramo a la última tierra a la que bautizó, en el primer viaje, en alusión a Teramo Centurión, que, junto con Luis Centurión Scotto y Cristoforo Centurión, habrían financiado, con dinero de la Orden de Rodas, la campaña de la Generalitat en las primeras fases de la guerra civil catalana de 1462-1472. La Orden de Rodas podría haber financiado asimismo, en la parte que le tocaba al Almirante, la primera expedición a las Indias (de ahí su cruz en el velamen de las carabelas). Todo sea dicho, tanto los Colom, como los Bertran, como los Casanova, familiares de Joan Cristòfor Colom, tenían intereses en Génova y en Rodas.

Éstas son algunas de las “coincidencias” que definen el perfil de Joan Cristòfor Colom, “nuestro Colón”, aquél que descubrió un Nuevo Mundo, identificado como tal por su amigo Americo Vespucio. Habría nacido en Génova, hijo de catalanes, y habría desarrollado su carrera marinera en Francia (siendo pirata para René d’Anjou y para Guillermo Casanova Colón) [21], en Portugal y en Castilla. Así pues, ¿era catalán?, ¿era italiano?, ¿era francés?, ¿era portugués?, ¿era castellano? Desde mi punto de vista, Cristóbal Colón, como su contemporáneo Leonardo da Vinci, era realmente un “ciudadano europeo”, un “hombre sin patria” y al mismo tiempo universal.

Quisiera mostrar mi agradecimiento a los numerosos archivos y bibliotecas que he consultado, y que han facilitado mi labor, ya sea en Cataluña (Cervera, Reus, del Ateneo de Barcelona, de la Facultad de Náutica de Barcelona, etc.), en Italia (véase más abajo), o en Francia (Perpiñán y Rennes). Expreso mi reconocimiento a la labor del Archivo Histórico de Protocolos de Barcelona, así como a la Biblioteca de Catalunya, a la Biblioteca de la Universitat de Barcelona, y a la Biblioteca de la Universitat Autònoma de Barcelona, donde he efectuado la mayor parte de mis consultas. Así como a los archivos que he visitado en Cataluña (de la Corona de Aragón, e Histórico de Barcelona). Por lo que se refiere a Italia, mencionaré los de Génova, Como, Milán, o Albenga, así como las bibliotecas universitarias de Pavía y de Génova.

              Un apunte final: siempre que cito una fuente, hago una transcripción literal, y mantengo su ortografía, así como su puntuación, acentuación y sintaxis. Cualquier variación respecto a la versión original es producto de una errata en la copia. Procuro respetar el idioma en la que fue escrita, aunque en algunos casos traduzco el texto al castellano, intentando conservar su sentido original.

 



[1] Y su hegemonía en España.

[2] Véase a este respecto el Capítulo 1, epígrafe “La cuestión de la genovesidad de Colón”.

[3] La lista de “desapariciones” de los documentos originales de Colón es larga. Entre ellas tenemos: 1) Los manuscritos originales de los dos dos primeros diarios de viajes de Colón; 2) los folios 68 a 76 del Libro de las Profecías; 3) la carta en catalán a Santàngel; 4) la carta de los Colombo, enviada a los Colón en 1496; 5) el original de las Historiae de Fernando Colón; 6) el original del testamento de 1498; 7) el escudo originario de Cristóbal Colón, anterior al que le fue concedido por los Reyes en 1493.

[4] Testamento de Cristóbal Colón. Editado por Ángel Arias. Página 73.

[5] Benedetto del Porto fue canciller de la República de Génova en 1494 y entre 1501 y 1506, según el Archivo de Estado de Génova (Archivo Secreto). Città di Genova, página 253.

[6] Colombo no necesita ser castellanizado. En Castilla, Colombo no se transcribiría, como sí sucede con el Colom catalán (convertido en Colomo o en Colón).

[7] Colón empleaba la variante “Reinel” del nombre René (d’Anjou), tal como lo hacían los catalanes de su tiempo. Se puede decir lo mismo de su uso del término “calavera” (sic.), que es como los catalanes expresaban el término castellano “carabela”.

[8] En castellano sería Juan Cristóbal Colón.

[9]Se guardaba en 1565 en el monasterio de las Cuevas en Sevilla, con el n. 1178 del inventario del Memorial del Pleyto. Dicha “carta de los Colombo de Génova”, dirigida al Almirante, tenía la siguiente rúbrica: “Carta de li Colombo para el primer almirante, fecha en Genova, el año de mil y quatrociento y noventa y seis”. Véase Città di Genova, página 257. No se ha encontrado el original.

[10] Véase el libro de Isabel Aguirre y de Consuelo Varela, con el título La caída de Cristóbal Colón. El juicio de Bobadilla Publicado por Marcial Pons, 2006. Páginas 206, 221 y 232.

[11] Archivo Notarial del Estado de Génova, legajo 5º, n. 42. En dicha escritura notarial se menciona un Giovanni Colombo (no Giovanni Antonio Colombo), conocido como “Gallus”, encargado, junto con otros, de fijar las condiciones de unos terrenos situados en la villa de Quinto.

[12] En una nota de la Colección de los viajes y descubrimientos de Martín Fernández de Navarrete (Tomo I, página 447, nota. Biblioteca de Autores Españoles, Volumen LXXV) éste dice lo siguiente: “Don Juan de Fonseca, ya obispo de Córdoba, en nombre de sus Altezas, asentó con un Juan Antonio (acaso Colón o Colombo, de quien se hace mucha memoria), y al parecer mercader, que armaría dos carabelas para llevar cincuenta personas francesas de flete, al cargo de Bobadilla y de Alfonso Sánchez de Carvajal, las veinte y cinco para servir allá por un año a sueldo; los restantes, criados de aquéllos y ciertos religiosos… Conforme a este asiento dio Fonseca su instrucción a Gimeno de Bribiesca, su oficial para proveer, fecha en 12 de abril de 1500”. En una carta de Colón a Gaspar de Gorricio, del 4 de enero de 1505, el Almirante lo llama Juan Antonio a secas (sin el apellido), y menciona asimismo a su hermano Andrea.

[13] El genovés (o savonés) Leoncio Poncaldo es el representante legal de Diego Colón para cumplir el deseo de su padre, en 1506, de resarcir a los italianos nombrados en el Memorial de Descargo. Un notario de Savona lo nombra como “Didacus”, no como “Jacobus” (o Giacomo). Es más, su apellido es “Collon”, no Colombus (o Colombo). Véase a este respecto: Enrique Bayerri, páginas 510 y 517.

[14] Su hijo Fernando hizo varias exploraciónes por la Liguria para hallar a su familia. Según Enrique Bayerri (página 100) tuvieron lugar los siguientes años: en 1515 (enero), en 1529 (septiembre), en 1530 (diciembre) y en 1521 (enero). Como es bien sabido, la búsqueda de sus raíces familiares fue infructuosa. Sin embargo, cuando Colón llevaba al menos seis años en España, Diego, su hermano (si es que es Giacomo Colombo), continuaba cardando lana en Génova (consta que residió en Savona hasta al menos noviembre de 1491). Así pues, difícilmente Fernando Colón habría de realizar muchos esfuerzos para encontrar “la casa de los Colón” en la Liguria (si ésta fuera la de los Colombo). Por otro lado, en caso de que Cristóbal Colón quisiera mantener una casa en Génova, como se apunta en el Testamento de 1498, ¿por qué no acudir a su supuesta hermana Bianchinetta Colombo, que residió en esa ciudad hasta el año 1516, en que murió con 52 años de edad?

[15] Es una supuesta reconstrucción del siglo XVIII, situada en un barrio arrasado por un bombardeo francés, en 1684.

[16] Hidalguía, 1999. Tomo I, página 156.

[17] Véase la figura 17.

[18]Francisco José Morales Roca no encontró a Joan Cristòfor Colom buscando a Colón, sino que estaba realizando un mero estudio genealógico de la familia Colom. En el año 1995 escribió: “Ha sido tradición secular el hacer pertenecer a este linaje [Colom] al ilustre descubridor Cristóbal Colón, extremo definitivamente refutado por los recientes documentos aparecidos en Génova sobre la oriundez italiana de los padres y abuelos del gran Almirante”. Me consta que siguió pensando igual hasta su muerte en el año 2022.

[19] Con este nombre aparece en el artículo que publicó en el diario La Vanguardia, el 9 de mayo de 1992.

[20]Con la presencia de Antoni de La Cavalleria y de Joan Margarit de Peguera.

[21] Como hemos visto más arriba, Juan Antonio Colombo, primo del Almirante según Fernando Colón, llevó 50 franceses a las Indias en el año 1500, según un apunte que podemos encontrar en los documentos compilados por Navarrete.