La criada mentirosa

Hace mucho tiempo, una dama y su criada cabalgaban por el bosque camino de su castillo. En ese momento, un zorro atravesó el sendero, y la dama dijo...

"Oh, qué zorro más grande. A fe mía que no he visto uno mayor en toda mi vida".

Y su criada le contestó:

"Pues yo sí señora: una vez vi uno tan grande como un caballo".

¡Oh! ¡Qué exagerada!... Porque un zorro no es más grande que un perro... Por supuesto, la dama pensó que su criada le había dicho una mentira; y para ponerla en evidencia, se le ocurrió una idea... De repente dijo para sí:

"Ojalá podamos pasar el Río del Mentiroso con bien... Tengo entendido que los que dicen mentiras se ahogan en él..."

Poco después llegaron a un río, y la criada (que temía ahogarse) le dijo a su señora:

"Señora, discúlpeme... Pero ahora recuerdo que el zorro que vi no era más grande que un burro".

O sea, que ahora la criada quería rectificar su mentira... Pero ¡aún no lo había conseguido del todo!

Su señora la tranquilizó diciéndole que ese no era aún el Río del Mentiroso... Así que lo atravesaron sin ninguna dificultad... Pero un poco más tarde llegaron a otro río, y la criada le dijo a su señora:

"Señora, discúlpeme... Pero ahora recuerdo que el zorro que vi no era más grande que un ternero".

¡Vaya descaro!... ¡Porque un ternero es mucho más grande que un zorro!... La criada estaba muy lejos de poder arreglar su mentira.

Su señora la tranquilizó diciéndole que ese tampoco era el río del mentiroso... Así que lo atravesaron sin problemas... Pero un poco más tarde llegaron a otro río, y la criada le dijo a su señora:

"Señora, discúlpeme... Pero ahora recuerdo que el zorro que vi no era más grande que un cordero".

Pues ahora resulta que ese zorro que la criada dijo ver era incluso más pequeño que el que vio su señora. Pero ésta la volvió a tranquilizar diciéndole que ese tampoco era el Río del Mentiroso... Así que lo atravesaron sin novedad...

Y al llegar a otro río, la criada le dijo a su señora:

"Señora, discúlpeme... Pero ahora recuerdo que en realidad nunca he visto un zorro".

Y la dama le contestó:

"No te preocupes, porque en realidad yo no conozco ningún Río del Mentiroso".

La dama se rió durante un buen rato a costa de su criada... Y a ésta no se le volvió a ocurrir decir una mentira...

Moraleja: Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo.

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